Stranger Things 3 | POPCOKEN


The never ending stoooo...meh

Nada más terminar la tercera temporada, resurge en mi una espina que me nace cada vez que termino una temporada de esta serie. Esa espina se traduce en forma de una pregunta: ¿por qué siguen haciendo temporadas? La respuesta sería un desolador "por que pueden". Y tú sabes tan bien como yo por qué pueden: por que es fácil. 'Stranger Things' se consume rápido y agradablemente fácil. Sin embargo, cada verano que paso en Hawkins puedo identificarme menos con lo que veo y lo que pasa en este pueblo, ya que me parece como para romper su ficción, que el hecho de que pasen tres monstruosidades por el mismo pueblo no traiga mayores consecuencias que estas. 



Tres veranos seguidos, el mismo monstruo ha sembrado el terror... para las mismas dos o tres familias, las cuales pudiéramos agrupar en una sola debida su unión final. ¿Entonces por qué sigue funcionando 'Stranger Things' tan bien? Bueno, sigue leyendo. Para resumir la T2 en un párrafo, de mi anterior crítica (la cual podéis leer aquí) he recogido este: 

        "Vale, ya me he sacado eso del pecho, ahora sólo me cabe decir que —salvo por 11—, desde el episodio cinco en adelante la trama de Will se vuelve una pasada. Todo el tema de la sombra es cojonudo y me ha tenido pegado a la pantalla conteniendo la respiración por momentos. Han cogido todo lo planteado en la primera temporada y, manteniendo la coherencia, elevando la apuesta tanto o más como una secuela merecería."



Aunque he de decir que ese párrafo se aplica únicamente para la recta final, es bastante acertado —al menos com resumen de la crítica—. Ahora bien, ¿hace la temporada 3 justo eso? ¿seguir subiendo la apuesta? Pues... para nada, para esta temporada se han dedicado a, bueno... a repetir patrones. La serie ha revisitado sus bases una detrás de otra, aunque tocando temas por encima, como Will o los sentimientos de su madre, o Billy entero. Todo parece ya visto, como si de un remake de la temporada anterior se tratase. Y, no me entendáis mal, me ha tenido pegado al sillón. De hecho era de lo poco que me ha apetecido ver este fin de semana.



 Pero si en la temporada anterior estaba deseando ver a dónde llegaba cada personaje, en esta no me he podido sentir menos identificado con nada. Lo cual es algo que me escama, sobretodo si tenemos en cuenta que a nivel de dirección y de producción la serie nunca ha tenido un mejor acabado. Volved a ver cualquier episodio, todos tienen un gran trabajo de cámara, siempre pujante por no estancar a la serie en planos estáticos y sin ritmo, por miedo a que la gente se aburra con algo. Y cada episodio tiene esa textura de cine, ya que a nivel fotográfico la T3 ha apostado muy fuerte por su línea visual. Lo malo de verdad, es que no hay mucho más destacable en nada de lo propuesto por esta temporada.



La estructura vuelve a ser por relevos, así podemos llevar al espectador con cortes a diferentes puntos de la trama, espaciando la línea temporal y creando al tiempo una sensación artificial de dinamismo, que... funciona así asá. La estructura por relevos se usa mucho en los animes y en el cine de aventuras, porque permite oxigenar cada trama y cortar en momentos de tensión para multiplicarla. Vale, pero ¿qué pasa cuando esto se usa únicamente para ganar tiempo y no cargar las tramas? Para oxigenar únicamente, vaya. Pues que la sensación de artificialidad entra a corromper todo y se pierde la tensión que antes tenías en la mano, como si estuviera hecha de arena.



Otro recurso que usa esta temporada es la acción. La acción como elemento narrativo: ¿objetivo? el mismo que el de la estructura por relevos, espaciar y oxigenar. Lo malo, es que si la acción es simplemente, eso, acción por que sí, pasa a ser prescindible. Y por lo tanto, parece relleno. Esto no es un problema cuando no es una parte intrínseca de una trama, pero si es tu llave para resolver todos los conflictos, pues vamos jodidos. Y, es que este es un defecto que arrastra toda la serie desde la segunda temporada, aunque en esta segunda le pesaba mucho menos. El problema verdadero de esta tercera entrega, al igual que el de sus escenas de acción, es que no hay aprendizaje. 



Para que la ficción funcione tiene que seguir unas normas internas que, como un buen truco de magia, no deberían verse. Una de ellas es la coherencia, de la cual os he hablado mucho en Popcoken. Pero otra es el aprendizaje, que es tan importante en series que únicamente funcionan hacia delante, como es la tercera temporada de 'Stranger Things' (si yo también vi esos flashbacks de temporadas anteriores, pero no cuentan como bidireccionalidad, porque existen únicamente para recordarle al espectador lo acontecido, sin que se le escape). Su importancia radica, en que hay un conflicto en juego y para resolverlo, los personajes deberían ser capaces de aprender algo.



 Ya sea de su propia naturaleza, de su naturaleza con o contra otros, o la del propio conflicto. Porque, si el problema que obliga a los personajes a tomar parte en el conflicto, no conlleva un aprendizaje, el conflicto pierde valor. Por lo tanto lo pierde el valor de lo que hacen los personajes. 
Por eso mismo sus escenas de acción me han molestado tanto; porque sólo tenían una única capa narrativa: ser acción. Los personajes se encuentran ante un peligro y tienen que sobrevivir. Y ya está, ese es todo el peso de las escenas de acción; lo cual las convierte, únicamente, y hasta que llegue el episodio final, en relleno.



¿Por qué la serie me sumerge en el conflicto de Will? Si luego lo van a usar únicamente de sentido arácnido sin resolver nada. o ¿por qué la serie trata tan mal a Billy? Cuando Will fue el host, todos se desvivieron por hacer lo posible por él. Pero claro, Billy era "el malo", así que no merece un trato "del bien" Es más, es 11 la única que siente algo su dolor, y es únicamente para venderle al espectador su redención final. La primera escena que vemos de su hermana tras morir él, es de ella cantando la puta canción de los cojones.

 ¿Para qué ha servido Billy? Peor aún, ¿para qué ha servido su supuesta redención, tan mal traída en los últimos compases? Para nada, bueno si, para algo. Para tener una excusa con la cual volver a sembrar otro verano de terror para esta gente de Hawkings. Al final nada tiene un peso, Nancy y su novio, dejan de ser periodistas cuando a la serie le deja de interesar generar tensión y misterio con los nuevos poderes de la 87797808 versión del demogorgon. O todas sus víctimas, además de Billy ¿nadie se acuerda de toda esa gente muerta? ¿murió realmente alguien al convertirse en gelatina? O era todo esto un constructo tembloroso para generar otra temporada más.



Lo triste, es que el final de esta temporada realmente genera un cambio en los personajes —por fin—, que no pueden seguir con sus vidas después de haber pasado por tanto, no al menos en el mismo sitio. La realidad es que este cambio ya se debió haber dado hace algún que otro verano, y haber esperado hasta este punto hace que la serie pierda sentido como un todo. Aunque supongo que eso no le importe a demasiada gente, que lo único que quieren es referencias nostálgicas a una época que nunca volverá, música midi y monstruos que persiguen a niños lerdos en bici. Entonces supongo que es todo genial y ningún personaje necesita más desarrollo, ni sus curvas de aprendizaje son meramente superficiales. 




Nota: 6,2

Podéis leer las críticas de temporadas pasadas en estos enlaces:

Stranger Things

Stranger Things 2

Jorge Tomillo Soto-Jove




No hay comentarios:

Publicar un comentario