Matrix: Resurrections | POPOKEN


-No es la peli que esperábamos y eso está bien, está muy bien-

 A ver cómo cojones hago yo ahora esta review.... (se agarra la cara respirando hondo). Vale, 'Matrix: Resurrections' es una peli muy rara, pero "jaja eso ya se dijo de las otras tres". No, muy rara de verdad. La gente siempre ha considerado que la saga de Matrix era difícil de entender cuando lo que pasa es que es super sobreexplicativa con conceptos bombásticos, que no son para tanto. Además, suele jugar con la dualidad de palabras ambiguas para trazas segundas lecturas de su universo.

Siempre se ha asumido Matrix como "esa estética" ese tono gloomy verde (ahora vamos con ese tema) con ambientes de situación al borde del apocalipsis siempre y... ¿Cómo os puedo decir que olvidéis todo lo anterior y que aprendáis reglas nuevas en una sola peli, mientras al mismo tiempo se aprovecha eso mismo para dibujar estas nuevas normas? Pues con una cinta que va a polarizar las navidades y que, estoy seguro de a qué público no le va a gustar. 

Matrix 4 parte de una premisa de fanservice que es: oye yo quiero más de esto y se me ha ocurrido 20 años tarde, así que voy a cuadrar todo el puzle para que parezca que lo planeé así y no, para nada, aunque eso no es malo del todo. Se nota que sabían de qué reclamos podían pasar para justificar ante el estudio el hacer otra entrega de Matrix y de cuales no podían. De hecho... Lana Wachowski no se ha cortado ni un pelo de nada a la hora de meter ostias a todo ser viviente.

Lo último que esperaba yo de 'Matrix: Resurrections' era que fuese una película que basa el 85% de su metraje en ser un metacomentario. Resurrections pasa a todo, y a todos, por la piedra donde otros hubieran colado una justificación lánguida y tenebrosa para volver a encontrarnos a Neo atrapado en Matrix. Lana no. Esta entrega es mordaz y salvaje durante el primer tercio y se dedica a despedazar cada tópico de qué se espera de ella. Ya sea hacia los espectadores, los críticos, los actores o quien se ponga por delante, esta peli le va a sacar filo llegando al punto de usar el retratarse de forma ridiculizada para aportar otro subtexto más de crítica. Pero para bien.

Así que, donde todos esperábamos otra "peli de ostias con rayadas mentales y un trasfondo pobre" nos topamos con una directora reivindicativa y poco temerosa de hablarle de tú a tú al espectador y a una industria que se apaga entre reboots y big macs. Ahí el peligro era que 'Matrix: Resurrections' fuese otra oda a la nostalgia y al fanservice, pero no, de eso tiene bastante poco. De hecho renuncia muy rápido, y con fuerza, a muchos lugares de peso de su mitología. Todo ello presentado en una nueva dinámica bajo el marco de que esta iteración de Matrix no es la misma que las anteriores, lo cual, bueno... ya lo esperábamos. 


Lana Wachowski aprovecha ese vacío de años, y de dejar esta mitología desatendida, para trazar hacia delante los horizontes del universo y redibujar muchos de sus mitos mediante segundas lecturas. Lecturas que priorizan la naturaleza dual de los personajes y cómo no pueden existir unos sin otros, pero desde y hacia el personaje (siempre y cuando no sean Neo y Trinity, cuyas revisiones vienen dadas de quienes los interpretan y de su autora, no del personaje). Y esto es algo que no le va a gustar a mucha mucha gente porque... sí, se hace raro ver a según quien con otra cara y con una nueva dirección, pero es este nuevo camino lo que termina por ahondar más y mejor en el personaje que ver al actor de turno hacer una segunda vez lo mismo.

Estéticamente... tiene mucho sentido que sea tan diferente. Es otro punto que no va a gustar, pero estudiando cómo usan la fotografía y qué colores priman ahora en el filme, podremos sacar en claro el posicionamiento de esos personajes y la naturaleza por descubrir de esta nueva Matrix. Además es lógico que no haya los mismos colores que antes, ya que es algo en lo que se hace especial hincapié en la anterior película. Ahora la relación dual entre personajes, va a ser un tema importante del discurso del filme. Así surge el posicionarse como una historia abiertamente en contra de un prisma binario, algo que fortalece el núcleo del filme. Al mismo tiempo que rescatan lecturas de dualidad dejadas ahí por las anteriores entregas para reforzar lo que se quiere decir esta cuarta parte.

Es cierto que las escenas de acción no tienen nada que ver, por mucho que la pelea del sótano sea una jodida maravilla. La estilización y combate homenaje del cine de acción de artes marciales ha pasado aquí a un plano de muy poca importancia visual y narrativa. Las largas escenas de combates con ese poso amargo y de lucha dura, están desdibujadas y cuesta encontrar esos momentos que antes estaban por toda la película (un poco para rellenar, seamos honestos).

 'Matrix: Resurrections' aprovecha la evidencia de que vemos que ha pasado el tiempo para rebajar los niveles de poder de los personajes y, de nuevo, ampliar hacia delante qué quiere decir con la película en sí y no con la trama. Es complicado de explicar porque el filme es extraordinariamente meta, pero da gusto escuchar hablar alto en un blockbuster, aunque el sitio al que esta cuarta entrega nos lleva no va a gustar a la gente que venía a ver más de lo mismo y me sorprendería que lo hiciera con los que no. De hecho, ojalá poder verla otra vez para analizar cómo, cuándo y por qué usa qué colores y la relación que tiene tanto con el reinicio de Matrix como con las ideas que presenta. 

'Matrix: Resurrections', es muy difícil, si se contempla como una peli que afrontar desde su naturaleza de blockbuster. Si nos ceñimos estrictamente a qué pasa, qué hace quién y por qué, tenemos una película tímida y con un recorrido narrativo muy pobre y corto. Pero sería como quitar casi tres tercios de una tarta para comértela. Pero es una película tan distinta, que ha apostado por rediseñar toda su mitología visual y narrativa con este reinicio de la propia Matrix... que asusta un poco. Pero estas relecturas y revisiones, que navegan entre la crítica y el cinismo, son una maravilla. Casi me daba vergüenza estarme partiendo la caja en el cine viendo algo de Matrix, pero es que es una pasada lo que hace hacia fuera de la película.

Es muy difícil de transmitir con palabras. Porque mediante las decisiones que toma 'Matrix: Resurrections', se puede analizar muy bien la psicología de la peli y del discurso de la autora que... podemos decir que se ha hartado de que se niegue la naturaleza final de Matrix como saga y ha puesto toda la carne en el asador para contar SU prisma del mito, no el que pudiéramos querer o esperar como fans. Y eso está bien, le vaya a costar digerirlo a quien le vaya a costar. Además, igual el problema es que estamos muy mal acostumbrados a estas empresas que se gastan millones y millones en contratar a otras siete empresas de efectos especiales, para rejuvenecer a un actor, por el bien de la nostalgia, cuando sólo es un truco de magia y no es la parte importante del filme. O no debería.

Si quisiera más de lo mismo de siempre, con ideas planas, cero discurso y una cadena de producción cada día más parecida a la cocina de un McDonald's, ya sé qué me tengo que tomar. Pero Lana Wachowski ha ido por el otro camino y lo ha sabido hacer, aunque no sea la cup of tea de todos. 

Jorge Tomillo Soto-jove

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