Joker | POPCOKEN


—That's life... i guess—

Me he tomado varios días para meditarlo y os diré que, si bien ya estaba harto de la comida de polla de la prensa antes, ahora más (aunque mirando un poco más allá he visto que, por mucho titular pelota que haya, su nota global está por debajo del 6). Así que sí, mi yo interno estaba deseando sentarse aquí a escribir que 'Joker' como película es una puta mierda. Pero en este espacio entre tú y yo no soy mi yo fan, soy el que quiere ser crítico y justo con la película como obra. Así que no, 'Joker' no es una mala película. Eso sería injusto con la peli, pero desde luego no es ni notable, ni una obra maestra, ni la mejor película del año, ni nada remotamente sofisticado.


Lo que pasa aquí es lo mismo que pasaba antes de su estreno. Una pregunta estaba y está en el aire, ¿por qué cojones nadie le daría una película como esta al director de 'Resacón en Las Vegas'? Es que no lo entiendo. Un director se distingue a primera vista por sus tiempos en la narración, que revelan una intención de más de una dimensión. Hacia el espectador y hacia el material tratado, que puede reflejar una cosa u otra en función de su tratamiento. 


Llegados a este punto, ni si quiera importaría el guión, películas como 'Mad Max: Furia en la carretera' —que no dedica nada de tiempo a guionizar a sus personajes, simplemente lanzándolos hacia y contra el conflicto ineludible— u 'Origen' —con su total y palpable exceso de guión, que no arruina la experiencia final por un muy buen tratamiento del mismo, y su efectista final— demuestran el poder de un director, por usar ejemplos contemporáneos. 
En cambio, Todd Phillips no es un buen director, al menos no en este momento de su vida. Y si que hay que admitir, que ha echado un pulso digno con el personaje y su mito, pero está muy lejos de estar a la altura. 


Por donde ya no hay quien los coja a él y a Scott Silver, es por el guión, que es un desastre, salvando un puñado de momentos cumbre. Que o bien los salva Joaquín Phoenix o el director de fotografía, o bien las pretensiones de Todd, que todo sea dicho, a veces funcionan por cómo es la propia película.
Me enorgullece que se de pie a hacer una historia desligada de cualquier tipo de material referencial —en principio— pero todo personaje ha de tener un principio y un final, y estos dos puntos no pueden estar a la misma altura narrativamente. Aunque bien es posible que "Joker", sea el uso de una marca y no le hacía falta a la historia.



Mi problema es estructural. Joker no aprende un carajo en toda la película, que por cierto es totalmente condescendiente con él, aprovechando el barato recurso de falsa realidad —que en realidad es simplemente una cuestión de foco narrativo: a veces la perspectiva de Joker se impone a la propia realidad y en otras la realidad a él—. Pero esta permisividad le pasa factura al propio tono, porque fatiga al espectador con sus juegos de primero de TV, no ya de cine. Tenemos al principio a un maníaco —que se comporta igual con o sin medicación— que al final de la película se alza nuevamente como maníaco, simplemente por llevar un traje mejor y dejarse llevar por toda la violencia a su alrededor. 



Violencia que surge porque todo el mundo —menos el protagonista— es malvado con él, lo cual no sólo resulta infantil, si no bastante ridículo. Tooodo lo malo le tenía que pasar a él. Hasta que, naturalmente, el emperramiento del filme le fuerza la mano al personaje. Pero esta idea, igual tarda en contarla una hora y media. Sólo esto, con ninguna capa subyacente de profundidad. No hay una narración secundaria que resurja al final para darle una nueva voz a esta "víctima" que es Joker. 



Todo lo que le ocurre es lineal y sumiso hacia Joaquín Phoenix, quien tiene la verdadera voz por encima de la película, y si esto se nota tanto es, de nuevo, porque el director está ausente. Porque podríamos excusar a Todd Philips con su forma de narrar con una voz "al margen", poco invasiva, si la historia revelase una intención de autor. Una que, mediante la exposición resaltase matices ocultos a primera vista. Pero no, aquí no hay matices más allá de la dulce referencia a Heath Ledger con el coche de policía. 



Así que, toca hacerse de nuevo otra pregunta ¿si Todd Phillips no va a los mandos, controla el filme Joaquín Phoenix? Si, y no. Como decía El Chico Morera en su magnífica crítica, Todd Phillips dirige y narra como quien simplemente quisiera transmitir su fascinación por la forma de actuar de Joaquín Phoenix. Y es totalmente cierto. Se nota terriblemente en cada enfoque o aproximación al personaje. Así mediante el tratamiento de su actuación situaciones de cero calado y peso, se vuelven terriblemente poderosas. Cuando, en realidad no está pasando nada en pantalla.



 Sí, Joaquín Phoenix está de óscar, a nadie le sorprendería que se lo dieran porque joder, es que es increíble. Pero si ves más allá de la cada visual y analizas lo que pasa, no hay nada que ver en casi ninguna escena. Además distinguir cuando es realidad y cuando no es terriblemente fácil por cómo termina la película; de forma delirante. Y lo que es peor, para cuando hay un momento de peso y terror puro 



—que para mi es cuando se cuela en casa de la vecina y le enfocan directamente, dejando al espectador sentir todo el peso de la primera y larga hora del filme en un solo plano—, que refleja que el personaje asume la naturaleza que le han forzado a ser, de nuevo el filme se va flojear y ser evidentorro, con su estúpida metáfora de la escalera y la vida dura. Aunque en esas escenas, me pasó lo que dice Jordi Maquiavello, al verle sufrir y estar jodido, la gente se echaba a reír, que... en fin. Pero luego había muchas escenas que no.



Como la mierda de escena de la entrevista con Murray, que sólo se hubiera salvado de haber sucedido únicamente en su cabeza. O el personaje por completo de Thomas Wayne, que es un truco de artificio malo, para engañar y finalmente recompensar de forma faciloide al espectador.



¿Que qué tiene de bueno 'Joker'? Pues a una bestia llamada Joaquín Phoenix que se echa a las espaldas un guión malo y un filme de segunda con una decente dirección de fotografía y una banda sonora bien, aunque demasiado presente en muchos momentos. ¿Es espectacular a primera instancia? Pues sí, pero porque es muy plástica a nivel visual, todos sus colores y texturas sucias, ese retrato crudo de la familia Wayne y la puesta en escena tan exagerada a veces. 



Pero es espectacular aspirando a ser entretenimiento como máxima expresión de sí misma. Ni si quiera busca al personaje, busca al espectador que lo conoce, para que sienta que le han lavado el cerebro con esta versión, que es muy inferior, no ya a los comics, si no a —estoy seguro— más de un fanfic.



Aún así, recomiendo a todos verla y no dejar que te la cuenten, porque cuanto más te dejes influir por esta ola de comepollismo, tan necesitada de que DC saque algo con decencia y que no insulte a la vista —ya que sólo hicieron bien Wonder Woman—. Ni por la ola de odio malsano, por ver caer a aquellos que la ponderaron por ser espectacular y llevar el nombre de quien lleva. 



Si fuera una película del Hombre Calendario, el Espantapájaros o Solomon Grundy, nada ni nadie hubiéramos llegado a este punto de obsesión y paranoia. Pero es uno de los pilares de la cultura pop, así que dilatemos todos la garganta, mientras esperamos a que le den este óscar a Joaquín Phoenix.

Nota: 6,1

Jorge Tomillo Soto-Jove




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