– Toss a coin to your witch, O Valley of Plenty! –
"Hay una bruja con el cabello ceniza ondeando por el viento, volando con una escoba. ¿Quién es esta belleza, tan linda como las flores que hace que hasta el sol de verano quiera brillar más? ¡Exacto, soy yo!” ‘Majo no Tabitabi’ narra las aventuras de la bruja Elaina, una prodigio con ansias de descubrir el mundo y que parece que no tiene abuela. Quedándose a medias de la aclamada ‘Kino’s Journey’, la serie intenta suplir sus defectos con una animación mejor que la media y una protagonista que no cae indiferente.
El carácter episódico de la serie obliga al autor y por consecuente al espectador a cambiar las expectativas de esta. La narrativa principal se ve relegada a un segundo plano a cambio de ofrecer historias cortas, autoconclusivas y con moraleja. Personalmente, me recuerda a como si los cuentos de los hermanos Grimm se hubieran remasterizado a través de los ojos del autor, añadiendo un poco de moe por aquí y por allá, pero también conservando un lado oscuro.
Los escenarios mostrados en la serie varían: ciudades pobladas, reinos destruidos, parajes naturales y demás cuyos fondos a veces parecen sacados de cuadros. Las ciudades realmente están vivas y rezuman actividad en las calles sin recurrir a un CGI que hiera a la vista. La paleta de colores elegida se adecua perfectamente a la historia, con colores vivos. Los planos de las caras de los personajes destacan, en especial la expresividad dada a Elaina. Dentro del equipo de animación de C2C hay mucha devoción a la brujita.
Aunque sea Elaina quien protagoniza el show, existe una serie de elenco de secundarios que acompañará a la bruja durante varios eventos. La historia se esfuerza en ir colocando a personajes conocidos en lugares por donde pasará Elaina, manteniendo un delicado balance entre el carácter episódico y el reparto recurrente. Durante la serie se irán descubriendo el trasfondo de ellos siendo incluso más interesantes que el de la propia protagonista. El recorrido como aprendices de Nikeh de Fran y Sheila junto con la historia de las hermanas Saya y Mina son bastante más interesantes que lo que nos puede aportar en este aspecto Elaina.
Resulta extraño como la inconsistencia en el tono de la serie, un reparto de secundarios que se sienten más reales entre otras cosas, no son capaces de placar el protagonismo de Elaina. Es la estrella de su show, y lo sabe, es totalmente consciente de ello. La serie se zarandea entre la devoción a su protagonista y unos extras más redondos, pero manteniendo siempre el punto donde le interesa: sobre la bruja ceniza.
Al contrario que el típico viaje del héroe, donde este pasa por diferentes fases para ir evolucionando, Elaina se mantiene con la misma actitud y habilidades prácticamente durante toda la serie. Por ello, acaba aplanando un poco al personaje, como si fuera ya suficientemente madura para su edad. Cabe decir que esta actitud tan afianzada hace que el impacto con eventos más traumáticos – como el capítulo 9 – tenga bastante más repercusión.
El capítulo doce, titulado “una historia sobre todo tipo de brujas ceniza” nos presenta un reino donde con la llegada de la ‘Elaina protagonista’ conviven diecisiete Elainas. Cada una de estas diferentes Elainas se corresponde a una vivencia pasada, como sucede con la bruja violenta, que nace del trágico episodio nueve de la serie, o a una posibilidad, como lo es la Elaina enamorada de Saya. Imposible es no mencionar la espectacular actuación de Kaede Hondo como protagonista, ya no solo por llevar casi toda la carga de trabajo durante toda la serie sino por tener que dar voz a todas las Elainas del reino donde los deseos se hacen realidad. Me quedo con este multiverso de brujitas.
Por lo tanto, algo de lo que se le ha echado en cara a la serie son los altibajos narrativos en cuanto al tono que la serie tiene. Y es que la clave es que realmente no tiene un tono establecido. En lo único que es consistente la serie es que no lo es, ya que de un capítulo a otro puede pasar de un asalto a un castillo en tono de comedia a una historia sobre un reino arrasado y su princesa que acaba de forma escalofriante. Es posible que se eche en falta más transición entre los eventos que aparecen en la serie, ya que le daría un desarrollo más coherente, aunque de ser así también perdería su esencia.
En 2020 se emitieron muchas producciones bastante más populares, como Jujutsu Kaisen o las nuevas temporadas de ‘Haikyuu!!’ o ‘Ataque a los titanes’. O apuestas más arriesgadas como ‘Deca-Dence’ o ‘Eizouken’, que ya han sido reseñados aquí. Entre todas estas propuestas, ‘Majo no Tabitabi’ es una obra modesta y consciente de sus límites. Incluso con las moralejas baratas que puede dar la serie vale la pena echarle un vistazo. Al menos hazlo por Elaina.
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