La calle del terror, parte III: 1666



-"You gotta keep 'em separated"-

No es por provocaros una mala gestión de expectativas pero esta peli me ha parecido una pasada. ya está ya lo he dicho, ya puedo respirar y explicaros cómo han cerrado el evento de terror del verano. Podéis leer las reviews anteriores aquí y aquí, o bajando hasta el final (tras el trailer).

En 1994 se contaba una historia que vivía de homenajear a los que han hecho que lleguemos hasta aquí, y en medio de eso situaban una historia. Una que, si bien no es el pináculo de lo original, funciona por cómo deja espacio al espectador para elegir su avatar e implicarse con el núcleo humanista de todo este desfase. Con el amor en medio, todo funciona a la perfección en concordancia con la estética, tono y reparto. Esta es una historia para una generación que usa con demasiada frecuencia la palabra "armario", pero otorgada por el peligro que suponen los demás, no por elección propia. Y, sí, claro que podía ser más actual, pero por mucho que digan algunos estudios sobre diversidad aún queda mucho camino por andar.

En 1978, la historia se dividía en dos ritmos totalmente distintos, superponiendo uno al otro y destruyendo el interés de un público dividido por una historia con demasiado peso y otra que hace un efecto valle innecesario. Ampliamos el lore y el reparto, para terminar dejando la historia en casi el mismo cliffhanger en el que estaba, solo que un par de notas por debajo por este garrafón deslavazado.

Así que llegamos a 1666 y la película hace su primer gran acierto: saltar directamente a la trama que da nombre a la película sin darle peso a la de 1994, que absorbe toda la atención por lo alto en lo que dejó todo. Peero lo hace muy bien, porque, aunque no avanza la trama, se marca un señor American Horror Story y reposiciona al reparto de las dos primeras entregas en personajes totalmente nuevos. Además, al tener estos nuevos personajes en 1666, los de 1994 adquieren experiencias de los que encarnan ahora en 1666 por cómo han interactuado en las entregas anteriores con la bruja Sarah Fier. Me parece una revisión de la fórmula de Ryan Murphy excelente. Una que además cuadra a la perfección con toda la filosofía de Fear Street de homenajear a los que han sentado las grandes bases del terror y hacerlo suyo para una nueva propuesta. Es que así si, joder.

Y no contentos con eso, si hemos estado prestando atención veremos que la parte III no es un reprise de 'El bosque' o 'The VVitch'. Esta tercera entrega es su propia historia, construida de nuevo sobre estos tópicos del género y sobre los suyos propios. En 1666 la trama se irá construyendo dirigida al terror colonial, pero haciendo ecos de los sucesos de las dos entregas anteriores a su favor. Si un personaje se tropezaba o protegía con un libro de una puñalada, esa información volverá a ser importante ahora. Y lo mismo pasa con las localizaciones, que darán un nuevo sentido narrativo a las tres películas.

Además para esta tercera parte, han revisado sus propios mitos y los han expuesto a sí mismos de una forma absurdamente satisfactoria, sin dejar abandonado por el camino a ningún personaje, tuviera poca o mucha importancia. Esto no sólo hace que la trama se sienta orgánica, si no que realza la fuerza de la sensación perfecta de circularidad de la trilogía. Donde otras franquicias de muchísimo más caché se han dejado a personajes y personajes abandonados y sin ningún tipo de representación en los compases finales, Fear Street los rescata a TODOS, a todos, joder.

 Sean villanos o del equipo de los héroes, en esta recta final todos van a tener tela que cortar y no se van a ver sepultados por el efecto Dragon Ball. Aquí no supeditan a los secundarios al peso natural de los protagonistas, dejándolos sin cometido, ni propósito alguno. Ahora con una mirada, una frase o una escena se da la dignidad y tiempo que necesitan los personajes para que sus historias tengan más fuerza.

Al no quedar nadie atrás, no solo tienen más fuerza las historias secundarias, tiene más fuerza la principal; porque todos los personajes ofrecen una perspectiva empática. Cuando lleguen los cortes, el peligro y la muerte llame a sus puertas nos pondremos en tensión pidiendo que paren y les dejen vivir felices. 

Es cierto que 1666 es una historia rápida y que corta por lo sano, para dejar paso al más que digno cierre de la trilogía, pero es que usa justo el tiempo que su relato necesita. Al contrario que hiciesen con su predecesora 1978 que usaba mucho más tiempo del que su historia necesitaba para asentar sus bases y mensaje. Incluso podría decirse que 1666 son dos películas en lugar de una o que la trilogía es una miniserie, por cómo se ha erigido este evento de terror slasher del verano. Pero eso sería injusto con el esfuerzo que supone producir tres películas al tiempo. Eso sí, mejor de ESDLA no hablamos que eso no fue ni medio normal.

Tampoco os voy a engañar, si por mis palabras ilusionadas esperáis que 1666 supere a, o sea mejo que, no es la perspectiva que os quiero transmitir. Estas criticas evalúan cada película por y en sí misma sin caer en comparaciones con lo que otros hayan hecho antes. Esa es una de las razones por las que prescindí de las notas, porque cada película merece ser evaluada por sus propios logros, propuesta y coherencia general (intención, producción, desarrollo, etc...).

Esta trilogía es un dulce y divertido homenaje al género slasher. Uno que revisita los tres lugares comunes de más presencia y fuerza del género. Uno que habla a la perfección en teen y que usa la estética de una generación a su favor, sin caer en la eterna espiral de la nostalgia. Ahí se distancia muy bien y mucho de otras producciones que no saben salir de la autoreferencia (cof cof Stranger cof Things). Uno que además tiene el buen gusto de saber cuándo ser sangriento y cuándo no, ya que el mensaje central de la trilogía no es la violencia, si no el mal trato a los marginados. El cómo toda una sociedad, sea del año o siglo que sea, va a tratar mejor a los que se ajustan a la norma, venga esta o no acompañada de una maldición.

Es por esa elección de su núcleo temático que tiene tanta fuerza su historia, y por eso tiene tan poca su segunda parte, que roza la redundancia para ampliar el lore con timidez. Aunque he de agradecerle esa timidez, por ello la tercera parte ha sido este bombas fuera del buen fanservice slasher. Para lograr divertir a tu público, lo único que no debes hacer es tratarles como imbéciles. Y si además tienes buenas ideas y mejor música, pues escucho lo que me digas. Ojalá este equipo haga más, pero sin prisa, que luego salen las temporadas 2 y 3 de Stranger Things o toda las de Halloween que no son la primera y la última, o, bueno, Saw en general y toca lavado de estómago. Una vez más, así si.

Jorge Tomillo Soto-Jove

Popcoken y la Calle del terror.

-Parte I 1994

-Parte 2 1978


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